11/4/20
La noche de resurrección abre la fuente del agua de la vida. Cristo quiere darnos su Espíritu, derramar sobre nosotros un agua pura que nos purificará de todo lo que nos ata y nos aprisiona, para respirar en la libertad de los que han encontrado un sentido a la vida en la generosidad y en la entrega, la que nos hace salir de la muerte de la seguridad y de la autorreferencia. Señor, dame de tu agua.
Nuestra noche también se viste de luz, la Palabra nos ha llegado al corazón y comulgamos espiritualmente al Crucificado que ha resucitado, Nadie puede quitarnos la alegría. Cristo ha resucitado y nosotros estamos alegres porque tenemos Vida. Y no queremos esconderla porque es de toda la humanidad, somos hermanos.